Una presidencia de Trump: ¿bendición o maldición para la industria petrolera?
Con la elección de Donald Trump en Estados Unidos, la industria petrolera recibe de vuelta a un partidario de las energías fósiles, y a un militante del petróleo barato, una ambivalencia que abre incertidumbres para el sector.
"Tendremos un gobierno que trabajará con la industria estadounidense del gas y el petróleo, y no los llamará aprovechadores o manipuladores de precios como lo hizo (Joe) Biden", reaccionó Andy Lipow, analista de Lipow Oil Associates.
"Estamos impacientes de colaborar con él (Trump) y su gobierno sobre temas importantes relativos a la producción permanente de petróleo y gas en Estados Unidos", afirmó de su lado Jeff Eshelman, director de la organización profesional Independent Petroleum Association of America (IPAA).
"Haré bajar el precio de la energía", prometió Trump durante la convención republicana. "Vamos a perforar al máximo", añadió.
El promotor inmobiliario que vuelve a la Casa Blanca acusó a Biden de haber limitado al sector petrolero, al impedirle -según él- producir a pleno.
Estados Unidos genera actualmente más de 13 millones de barriles diarios de crudo, un récord.
"Pero los productores eligen no explotar importantes yacimientos" en Estados Unidos, recuerda Stewart Glickman, de CFRA.
"El problema no es la regulación, son los mercados", opina de su lado Bill O'Grady, de Confluence Investment Management. "Los accionistas (de las compañías petroleras) no quieren (que aumenten su producción) porque valoran sus ganancias", sostuvo.
Un alza de la producción crearía una sobreoferta de barriles en un mercado ya preocupado por una demanda incierta de crudo, en particular en China.
Este combo podría aplastar los precios, en momentos en que los economistas esperan una apreciación de dólar.
El crudo se transa en dólares por lo que un dólar fuerte encarece el barril para inversores en otras divisas.
- "Buena memoria" -
El surgimiento del petróleo y el gas de esquisto, a comienzos de los años 2010, transformó a la industria estadounidense del crudo.
Preocupada por el aumento de producción de Estados Unidos, Arabia Saudita decidió responder inundando el mercado de petróleo, e hizo caer hasta los 26 dolares el precio del barril de West Texas Intermediate (WTI), referencia en Estados Unidos, en 2016.
Esta estrategia creó una onda expansiva en la industria del petróleo de esquisto, con varias quiebras en el sector por altos costos comparados a los de la extracción del petróleo tradicional.
"Tienen buena memoria y no quieren revivir eso", explicó Stewart Glickman.
"No creo que nadie (en la industria) elabore una estrategia para responder a un programa político", advirtió el viernes Darren Woods, CEO de ExxonMobil.
Para Glickman, Donald Trump no tiene forma de obligar a los grandes actores de la industria y solo podrá actuar "como los otros dirigentes lo hicieron antes que él. Cuando los precios suban, reunir a los presidentes (de empresas) y tratar de intimidarlos para que produzcan más".
"Pienso que conseguirán su objetivo", consideró Bill O'Grady sobre el gobierno Trump: "Harán aumentar la producción y bajar los precios". El analista espera precios para el WTI de 50 dólares, frente a unos 70 actualmente.
El sector ve con preocupación la idea de Trump de aumentar aranceles a las mercaderías provenientes de grandes socios comerciales de Estados Unidos, como China.
"Eso frenaría el crecimiento económico tanto de Estados Unidos como del resto del mundo, lo cual reduciría la demanda de productos refinados, y presionaría los precios a la baja", advierten los analistas de Wood Mackenzie.
A más largo plazo, la idea de Trump de anular medidas adoptadas por el gobierno de Biden para luchar contra el cambio climático y favorecer la transición energética podría impulsar las energías fósiles, según Stewart Glickman.
También "se puede imaginar que los precios suban" a largo plazo por un menor desarrollo de energías renovables y las consecuencias de bajas inversiones de las industrias de hidrocarburos actualmente, luego que se las considerara condenadas por el cambio de matriz energética, vaticinó.
L.Davila--TFWP