Tiburones y rayas en peligro en zonas protegidas en el Mediterráneo, según estudio
Los tiburones, mantas y rayas del mar Mediterráneo son capturados más a menudo en las áreas protegidas que en las áreas no protegidas, según un estudio publicado este martes.
Estas tres especies de peces, del orden de los elasmobranquios, corren peligro en todo el mundo a causa de los excesos de la industria pesquera.
Aunque a menudo son víctimas colaterales de la pesca a gran escala, las aletas y la carne de estos animales también es apreciada, lo que ha provocado una disminución del 71% de su presencia en los océanos desde los años 1970.
Un tercio de los elasmobranquios se encuentran en riesgo de extinción, según la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN).
Un equipo de investigadores basado en Italia analizó las capturas de 1.200 operaciones de pesca en 11 sitios distintos, en aguas de Francia, Italia, España, Croacia, Eslovenia y Grecia.
El equipo utilizó modelos estadísticos para demostrar que las capturas de esas tres clases de peces se están produciendo sobre todo en áreas parcialmente protegidas.
"En general se asume que son los grandes buques pesqueros los que más dañan la biodiversidad, lo cual es cierto y hay un montón de pruebas que así lo indican" explicó Antonio Di Franco, del Centro Marino de Sicilia, uno de los coautores del estudio.
"La pesca a pequeña escala se ha investigado mucho menos", añadió.
"Desconocemos la actividad de la pesca a pequeña escala en general, no sabemos el tamaño de sus capturas o dónde pescan", explicó.
Los investigadores descubrieron que los pequeños buques que se aventuran en aguas semiprotegidas (donde la pesca no está totalmente prohibida) capturaron hasta 24 especies distintas de tiburones, mantas y rayas. Un tercio de esas especies se encuentran en peligro de extinción.
Globalmente, los expertos contabilizaron la captura de 517 elasmobranquios en áreas parcialmente protegidas, en comparación con 358 en áreas no protegidas.
La masa de los tiburones, rayas y mantas capturados en esas zonas equivalía aproximadamente al doble de las capturas en las zonas no protegidas.
Más de 100 países se han comprometido a aumentar la superficie de los óceanos bajo protección hasta un 30% de aquí a 2030.
El equipo de investigadores propone que se equipe a los pequeños barcos pesqueros con GPS para controlar su actividad.
"Las áreas protegidas representan un gran potencial para la biodiversidad pero la clave es su gestión", indicó di Franco a la AFP.
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