The Fort Worth Press - Un palacio en shock: las últimas horas de Bashar al Asad en Siria

USD -
AED 3.67299
AFN 70.172432
ALL 93.596763
AMD 393.041789
ANG 1.800333
AOA 912.388998
ARS 1020.504889
AUD 1.584158
AWG 1.8
AZN 1.697375
BAM 1.862259
BBD 2.016948
BDT 119.373851
BGN 1.862895
BHD 0.376864
BIF 2952.736413
BMD 1
BND 1.34945
BOB 6.903118
BRL 6.116598
BSD 0.998905
BTN 84.857227
BWP 13.647227
BYN 3.269126
BYR 19600
BZD 2.013521
CAD 1.432206
CDF 2869.999849
CHF 0.894035
CLF 0.035795
CLP 987.697463
CNY 7.286502
CNH 7.29445
COP 4345.53
CRC 502.832659
CUC 1
CUP 26.5
CVE 104.989788
CZK 23.930706
DJF 177.890978
DKK 7.109401
DOP 60.633183
DZD 133.819052
EGP 50.880018
ERN 15
ETB 126.863794
EUR 0.952975
FJD 2.30155
FKP 0.791982
GBP 0.788379
GEL 2.810341
GGP 0.791982
GHS 14.684402
GIP 0.791982
GMD 72.000276
GNF 8627.30536
GTQ 7.694212
GYD 208.997858
HKD 7.771945
HNL 25.353011
HRK 7.172906
HTG 130.59499
HUF 390.832498
IDR 16109.95
ILS 3.585502
IMP 0.791982
INR 84.946499
IQD 1308.665721
IRR 42087.503643
ISK 137.919933
JEP 0.791982
JMD 156.343728
JOD 0.709302
JPY 153.654496
KES 129.250026
KGS 86.999398
KHR 4014.205871
KMF 466.124971
KPW 899.999441
KRW 1438.614956
KWD 0.30763
KYD 0.832484
KZT 523.618636
LAK 21880.81715
LBP 89455.177339
LKR 290.849191
LRD 180.80457
LSL 18.059291
LTL 2.95274
LVL 0.60489
LYD 4.88836
MAD 9.991621
MDL 18.285431
MGA 4681.742442
MKD 58.618127
MMK 3247.960992
MNT 3397.99987
MOP 7.993868
MRU 39.711497
MUR 46.58021
MVR 15.402746
MWK 1732.15901
MXN 20.16745
MYR 4.468023
MZN 63.902172
NAD 18.059377
NGN 1552.293572
NIO 36.761625
NOK 11.202079
NPR 135.774339
NZD 1.744605
OMR 0.385005
PAB 0.998924
PEN 3.733087
PGK 4.045549
PHP 59.066979
PKR 277.905356
PLN 4.062554
PYG 7809.56915
QAR 3.642111
RON 4.742296
RSD 111.479795
RUB 102.843597
RWF 1391.478219
SAR 3.756896
SBD 8.383555
SCR 14.112131
SDG 601.497519
SEK 10.952901
SGD 1.35125
SHP 0.791982
SLE 22.794437
SLL 20969.503029
SOS 570.911688
SRD 35.20501
STD 20697.981008
SVC 8.740942
SYP 2512.530243
SZL 18.052845
THB 34.248497
TJS 10.913609
TMT 3.51
TND 3.170042
TOP 2.342105
TRY 35.02008
TTD 6.783244
TWD 32.503504
TZS 2361.243989
UAH 41.829374
UGX 3636.346324
UYU 44.531406
UZS 12856.231492
VES 50.480908
VND 25455
VUV 118.722003
WST 2.762788
XAF 624.572245
XAG 0.032939
XAU 0.000378
XCD 2.70255
XDR 0.762009
XOF 624.572245
XPF 113.556078
YER 250.374988
ZAR 18.070499
ZMK 9001.187821
ZMW 27.695311
ZWL 321.999592
Un palacio en shock: las últimas horas de Bashar al Asad en Siria
Un palacio en shock: las últimas horas de Bashar al Asad en Siria / Foto: © AFP/Archivos

Un palacio en shock: las últimas horas de Bashar al Asad en Siria

Horas antes de la caída de Damasco en manos rebeldes el 8 de diciembre, el presidente sirio Bashar al Asad ya había huido del país sin avisar a sus familiares ni a sus más cercanos colaboradores, según revelaron a AFP cinco altos responsables.

Tamaño del texto:

La noche previa, Al Asad había llegado a llamar a su asesora Buthaina Shaaban para pedirle que le preparara un discurso, nunca pronunciado. Finalmente tomó un avión en Damasco para dirigirse a la base aérea rusa de Hmeimim, en el oeste del país.

"Se fue sin avisar a sus más estrechos colaboradores", dijo a AFP un ex alto funcionario, que pidió anonimato por razones de seguridad.

Una vez en la base de Hmeimim, "un avión se lo llevó a Moscú", añade esta persona.

"Su hermano Maher", al frente de la temida Cuarta Brigada, "se enteró de causalidad cuando estaba con sus soldados defendiendo Damasco. Decidió entonces tomar un helicóptero y marcharse, al parecer a Bagdad", indica la misma fuente.

Los ex altos funcionarios y otras fuentes contaron a AFP cómo fueron las últimas horas del presidente sirio, que gobernó autoritariamente el país desde el año 2000 tras suceder a su padre Hafez.

- Un barco sin capitán -

El día que arrancó la ofensiva rebelde desde la provincia norteña de Idlib, el miércoles 27 de noviembre, Bashar al Asad se encuentra en Moscú, donde su esposa Asma recibe un tratamiento contra un cáncer.

El dirigente no aparece en la defensa de tesis doctoral de su hijo Hafez, matemático instalado en Rusia, dos días más tarde, pese a que toda la familia sí que va, según un funcionario de la depuesta presidencia, que pidió anonimato.

El sábado 30 de noviembre, cuando regresa de Moscú, ya ha caído Alepo, la gran ciudad del norte de Siria.

En cuestión de días, la rebelión, encabezada por el movimiento islamista Hayat Tahrir al Sham e integrada por grupos proturcos, se apodera de Hama y Homs, en el centro del país, antes de rodear Damasco una semana más tarde.

"Ese sábado [7 de diciembre], Al Asad no se reunió con nosotros. Sabíamos que estaba ahí, pero no tuvimos reunión con él", cuenta un ex alto funcionario del palacio presidencial. "No hubo ninguna explicación; eso causó mucha confusión en la cúpula e incluso en el terreno", añade.

"Desde la caída de Alepo no lo vimos más, lo cual resultaba muy extraño", prosigue este alto funcionario.

A mitad de la semana pasada reunió a los jefes de los servicios de inteligencia, para tranquilizarlos. Pero en los hechos, no había nadie al timón.

"La caída de Alepo nos sacudió", relata este ex responsable de la presidencia.

Luego fue el turno de Hama, una ciudad del centro del país de gran valor estratégico.

"El jueves hablé a las once y media de la mañana con militares de Hama, que me dijeron que la ciudad estaba completamente cerrada y que no podían entrar ni los ratones", relata a AFP un coronel, bajo anonimato.

"Dos horas más tarde recibieron la orden de no dar batalla y de redesplegarse en Homs, más al sur. Los soldados (...) estaban sin saber qué hacer; se cambiaron de ropa, tiraron sus armas e intentaron volver a sus casas. ¿Quién dio la orden? No lo sabemos", añade este coronel.

En Homs, el gobernador asegura a un periodista que ha pedido al ejército resistir. Pero no sirvió de nada: nadie defendió la ciudad en nombre del régimen.

- Un discurso continuamente postergado -

El sábado por la mañana, con Damasco rodeado, se habla de la posibilidad de que Bashar al Asad dé un discurso. "Todo estaba listo", cuenta el ex alto funcionario de la presidencia.

"Más tarde nos llevamos la sorpresa de enterarnos que el discurso había sido aplazado, tal vez a la mañana del domingo".

Según él, todos los altos funcionarios ignoraban que en ese momento el ejército sirio había empezado a quemar sus archivos.

El sábado a las 21H00 (18H00 GMT), "el presidente llama a su asesora política Buthaina Shaaban para pedirle que le prepare un discurso y presentarlo al comité político, que debe reunirse el domingo por la mañana", detalla a AFP otro ex alto responsable.

"A las diez de la noche ella lo llama, pero ya no le responde más al teléfono", añade este estrecho colaborador del depuesto presidente.

Por la noche, el jefe de prensa de la presidencia, Kamel Sakr, dice a los periodistas: "El presidente va a hacer una declaración muy pronto". Pero luego deja de responder al teléfono, al igual que el ministro del Interior, Mohamed al Rahmun.

El ex alto funcionario dice que estuvo en su oficina hasta las dos y media de la mañana.

"Estábamos listos en todo momento para recibir una declaración o un mensaje de Al Asad. Nunca habríamos imaginado semejante escenario. Ni siquiera sabíamos si el presidente estaba todavía en el palacio", recuerda.

Hacia la medianoche, se hace saber que el presidente necesitará un camarógrafo para un evento previsto la mañana siguiente.

"Nos tranquilizó sobre el hecho de que todavía debía de estar ahí", dice el ex alto funcionario.

Pero hacia las dos de la madrugada, definitivamente, un responsable de los servicios de inteligencia lo llama a él para decirle que todo el mundo se había marchado.

"Yo estaba en shock. Ya sólo eramos dos personas en la oficina. El palacio estaba casi vacío, y estábamos muy confusos".

A las dos y media de la mañana, por tanto, sale del palacio. "Al llegar a la plaza de los Omeyas, vi muchísimos soldados huyendo, buscando un medio de transporte".

"Eran miles; venían de las instituciones de seguridad, del ministerio de Defensa y de otras ramas de los servicios de seguridad. Nos enteramos de que sus superiores les habían dado la orden de huir", relata.

"La escena era espantosa. Decenas de miles de coches saliendo de Damasco, y mucha más gente yéndose a pie por las carreteras. En ese momento supe que todo estaba perdido y que Damasco había caído".

P.McDonald--TFWP