Líbano celebra elecciones legislativas en medio de múltiples crisis
Los libaneses votan el 15 de mayo para renovar los 128 diputados del Parlamento en unas elecciones en las que no se anticipan grandes cambios pese al descontento con la clase política en medio de múltiples y graves crisis.
Son los primeros comicios de este país tras el masivo levantamiento popular de octubre de 2019 para exigir la marcha de una élite política acusada de corrupción e incompetencia.
Pero esta élite, inalterable desde hace décadas, ve en esta votación una ocasión para reproducirse y consolidar su profundo arraigo gracias a un sistema político basado en el repartimiento del poder entre comunidades religiosas.
"Las elecciones pondrán fin a lo que comenzó en octubre de 2019 y reproducirán el poder dándole una legitimidad interna e internacional", estima Rima Majed, profesora de sociología en la Universidad Americana de Beirut.
"Puede que los candidatos de las protestas consigan algunos éxitos, pero no pienso que haya un cambio de escenario político", añadió.
- "Ejercicio de lealtad" -
El país está sumido desde 2019 en una crisis económica descrita por el Banco Mundial como la peor del mundo desde 1850, con una depreciación sin precedentes de su moneda y un empobrecimiento de su población.
La explosión devastadora en el puerto de Beirut en 2020 agravó todavía más la situación.
Aprovechando la ausencia del Estado, incapaz de suministrar servicios básicos como la electricidad, medicamentos o carburante, la clase política ha activado sus tradicionales redes clientelistas.
"Más que una evaluación de la actuación de los políticos, la votación será un ejercicio de lealtad hacia quienes ofrecen un mínimo de servicios" a la población, señala Majed.
Algunos candidatos tratan de ganarse el apoyo de los electores ofreciendo ayudas financieras, combustible o pagando facturas de hospital.
Este planteamiento puede resultar eficaz en un contexto de crisis profunda, especialmente ante candidatos independientes sin experiencia ni recursos que no han presentado un frente unido, apuntan los expertos.
Los candidatos opuestos a la clase política habrían tenido una posibilidad de llevarse "la mitad de escaños en el Parlamento" si estuvieran unidos, pero "la formación de listas que compiten ha decepcionado a la gente y dispersará el voto", dijo el experto electoral Kamal Feghali.
En un informe de la oenegé Oxfam en abril sobre la participación electoral, un 43,55% de una muestra de 4.670 personas se decantaban por la abstención. Más de la mitad de ellas justificó su decisión por la ausencia de "candidatos prometedores".
- El peso de la familia -
En un país regido por un sistema confesional de repartición del poder, los vínculos familiares juegan un rol esencial en las elecciones y contribuyen a la represión de todo intento de oposición.
La investigación de Oxfam mostraba que un 40% de las personas interrogadas por la razón de apoyar a los partidos políticos tradicionales respondían que "por compromiso con mi familia".
Los resultados de las elecciones se determinarán por "los vínculos familiares, clientelistas y oportunistas", no por el "humor de la población", indicó Majed.
Además, los candidatos independientes se enfrentan a una presión creciente en los feudos de los partidos tradicionales, como es el caso de las zonas controladas por los movimientos chiitas Hezbolá y Amal.
En la región de Becá (este), tres candidatos chiitas presentaron una lista contraria a Hezbolá pero retiraron su candidatura en abril aunque ya había expirado el plazo para hacerlo.
Esto crea "en los electores el sentimiento de que todo cambio será rechazado y puede provocar una caída de la participación o una distorsión del comportamiento electoral", según Oxfam.
En Beirut, Issam Ayad, de 70 años, se resigna ante la situación. "Nosotros no podemos aportar un cambio (...) La solución al Líbano vendrá del extranjero", dice a AFP.
G.Dominguez--TFWP