La familia real británica, una baza en la ofensiva laborista para ganarse a Trump
El gobierno laborista de Reino Unido busca mejorar sus relaciones con Donald Trump, a pesar de sus diferencias. Y la familia real británica parece ser un activo importante en esta ofensiva diplomática con el presidente estadounidense.
Diversos temas como la guerra entre Rusia y Ucrania, la cuestión climática o China, pueden hacer que la relación "especial" entre Reino Unido y Estados Unidos, aliados históricos, sea turbulenta durante los próximos cuatro años.
Sobre todo porque el primer ministro Keir Starmer y su gobierno han sido objeto de repetidos ataques por parte de Elon Musk, cercano a Trump, durante meses.
El ejecutivo británico también está tratando de que se olviden comentarios anteriores, poco halagadores, hechos por dirigentes laboristas, sobre el gobernante norteamericano.
El lunes, el rey británico Carlos III envió un mensaje personal para felicitar a Trump por su regreso a la Casa Blanca.
El presidente estadounidense no esconde que es un gran admirador de la familia real británica. En diciembre, elogió al príncipe Guillermo, heredero al trono, que viajó a París para la reapertura de la catedral de Notre-Dame.
"¡Es bueno!", comentó Trump cuando se encontró con Guillermo en la capital francesa. "Está haciendo un trabajo fantástico", continuó, provocando la risa de su interlocutor.
- Embajador en Washington -
Según el periódico The Times, se están dando conversaciones para un viaje real a Estados Unidos, "probablemente en 2026", que coincidiría con el 250 aniversario de la declaración de independencia del país norteamericano.
"Por supuesto que la familia real es una buena baza. Puede funcionar, puede ablandar" a Trump, afirma Steven Fielding, profesor de ciencias políticas en la Universidad de Nottingham, a preguntas de AFP.
La reina Isabel II recibió a Donald Trump y a su esposa Melania en 2019, durante el mandato anterior del republicano.
El presidente estadounidense también tiene un cariño especial por Escocia, donde nació su madre, Mary Anne MacLeod.
Uno de los hijos del presidente, Eric Trump, dijo que su padre planea viajar allí este año para la inauguración de un nuevo campo de golf en el club que posee cerca de Aberdeen.
Un personaje central en las relaciones de Reino Unido con la administración Trump será Peter Mandelson, una figura histórica del Partido Laborista, a quien Keir Starmer ha nombrado embajador en Washington.
Hombre de experiencia y de contactos, tres veces ministro y excomisario europeo de Comercio, fue uno de los arquitectos del "Nuevo Laborismo" de Tony Blair, de quien fue director de campaña en las elecciones de 1997.
Donald Trump debe aún aprobar su nominación y la prensa se ha hecho eco de sus reticencias.
"Trump respeta el poder y sabe que es un actor poderoso en la política británica", subraya Patrick Diamond, antiguo asesor de Peter Mandelson.
- "Tirano con peluca" -
El Partido Laborista ha pasado los últimos meses intentando tender puentes con el equipo del dirigente republicano.
El ministro británico de Relaciones Exteriores, David Lammy, quien en 2018 llamó a Donald Trump "tirano con peluca", elogió esta semana al presidente norteamericano en su papel de anfitrión, tras haber cenado con él en Nueva York en septiembre, junto a Keir Starmer.
"Estratégicamente, deben hacerlo (dar marcha atrás), porque Trump no es de los que perdonan", estima Evie Aspinall, directora del instituto de investigación British Foreign Policy Group.
El gobierno británico se ha abstenido de criticar los primeros movimientos del multimillonario republicano desde que regresó a la Casa Blanca el lunes.
El portavoz oficial de Starmer no quiso condenar su decisión de retirar a Estados Unidos del acuerdo climático de París y de la Organización Mundial de la Salud.
El gobierno británico seguirá "manteniendo la boca cerrada", según Evie Aspinall. "Aunque utilice canales diplomáticos para persuadir, la actitud exterior siempre será sonriente y constructiva", añade.
Steven Fielding cree que el gobierno británico debería pensar en los "beneficios mutuos" de la cooperación entre Reino Unido y Estados Unidos y presentar sus argumentos "de la manera más clara y transaccional posible". Y "no dejarse intimidar", aconseja.
D.Johnson--TFWP